Columba García
Entre espinas y troncos nací, pero los aires de la Bella Airosa me hincaron con la calaca.
Un día estoy sobre la tierra, otro sobre el nopal,
también en el órgano y en el pastizal
a veces reposo sobre el mezquite para avivar
quien dijera que a través de los años,
a la calaca vida le diera, con una melena sin chistar.
Soy sagrado; en mi vejez produzco el aguamiel, esencia de la bebida de los dioses.
Pero ten cuidado en tu caminar,
porque las espinas al camposanto te pueden mandar.
Las puntiagudas espinas de los abrojos se te pegarán,
si el xiotl me quieres arrancar y sin mixiote te quedarás.
Ay pobre del tlachiquero, que todos los días me debe de raspar,
para darle gusto al paladar.
Pero una gran fiesta harán,
cuando al camposanto llegue a dar;
no faltarán las xomas de pulque para brindar.
Ya lo dice el dicho “Agua de las verdes matas, tu me tiras, tu me matas, y me haces andar a gatas”.
Y si no me extraen el aguamiel, quiotes puedo dar, para un rico manjar.
en mis pencas, con mi púa, su amor han de grabar,
aunque a la postre la huesuda sin aliento los dejará.
Y aquí la dejamos, porque para una barbacoa, hasta mis pencas van a utilizar.